Su uso debe ser localizado; es decir, solo en casos puntuales del problema dermatológico a tratar y ojalá con previa valoración de un profesional de la salud de la piel. Está principalmente indicado para:
Tratar problemas de acné, barros, espinillas y cutis graso. Todo gracias a sus propiedades antiseborreicas.
Los jabones que contienen azufre logran parar afecciones comunes de la piel por sus propiedades antisépticas, antifúngicas y antibacterianas.
Algunos usos comunes incluyen el tratamiento de la dermatitis seborreica, la psoriasis y el eccema.
Favorece la producción de colágeno para regenerar la dermis.
Tiene un potente efecto exfoliante en la piel, siendo un auxiliar en la eliminación de células muertas.